Relieves del retablo mayor de la Merced"

Lugar de celebración:

Descripción:

Museo de Burgos. Conjunto de ocho paneles rectangulares decorados con escenas en altorrelieve que estaban destinados a formar parte de un retablo. Las escenas se disponen dentro de hornacinas rematadas por veneras y representan, de derecha a izquierda, los siguientes pasajes de la vida de la Virgen y de la Pasión de Jesucristo: Nacimiento de la Virgen; Presentación de María en el templo; Visitación; Adoración de los pastores; Bautismo de Jesucristo; Entrada de Jesús en Jerusalén; Ascensión del Señor y Pentecostés. La ejecución de los paneles se realizó siguiendo el estilo manierista con expresiones dulces y sosegadas manifestadas por personajes estáticos que forman parte de escenas muy tranquilas. Las figuras presentan los rostros de perfil largo y mentón acusado enmarcados por cabellos y barbas ejecutadas con mechones gruesos y ondulados. Los cuerpos tienden a ser un poco rechonchos con hombros redondeados y se cubren por túnicas y mantos de pliegues verticales, rectos y largos, cuya continuidad rompen los cinturones y otros grandes pliegues horizontales. Las figuras se caracterizan, además, por sus pies desnudos de largos dedos en contraposición con las manos más delgadas y pequeñas.

Estos relieves estaban destinados a formar parte del retablo mayor de la iglesia de Ntra. Señora de La Merced de Burgos. Fue encargado por Dña. Leonor de Pesquera a Felipe Bigarny que diseñó un retablo diferente a sus trabajos habituales al estar formado exclusivamente con relieves, sin incluir escultura, por deseo expreso de la comitente. A la muerte del maestro su viuda, en 1543, le traspasó el encargo a su hijo Gregorio Pardo y junto con él cuatro escenas que ya realizadas, si bien este escultor no debió terminar la obra ya que en 1551 se sabe que no se había ejecutado ninguna escena más y no es factible pensar que lo hubiera terminado antes de su muerte acaecida en 1556. Investigaciones recientes sugieren que quizás también trabajase en el retablo otro escultor formado y activo en el taller, caso de Diego Guillén, quien por otra parte se hizo cargo del taller burgalés a la muerte del maestro y de su hijo. Los paneles debieron estar finalizados para 1569, fecha en la que se realizó la tasación por parte de dos peritos para dorarlo y pintarlo, finalmente solo se realizó lo primero dotándole al retablo de una atmósfera idealizada e irreal propia del manierismo.

El retablo formó parte de los bienes muebles del monasterio mercedario hasta la desamortización, momento en que los relieves fueron recogidos por la Comisión Provincial de Monumentos e ingresaron en el Museo de Burgos en torno a 1870. Asociado a este conjunto de paneles se expone un Calvario en la sala precedente, se atribuye a Gregorio Pardo y es un depósito del Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid.